SEÑOR CÓNSUL;
A Arturo Reig
Amaneciendo, una intención tenía:
recoger ese envío de Marruecos,
tu carta desde Tánger con mil ecos
uniformes, gustosos de aquel día
reunidos cenando en torno a historias
“ocultas”
de niñez y juventud.
Resultó compartir las muchas norias
especialmente grato, lindo alud.
¿Impronta
del afecto y del calor?
Generosa, la carta remitida.
Te agradezco el detalle sin rubor.
Aunque no soy Boscán ni Garcilaso,
posiblemente, goces del soneto;
inmerso, Sr. Cónsul, paso a paso;
ahora, el estrambote. Estás completo.
Rafael Gª-Fojeda
30-Octubre-2012