Durante la temporada liguera pasada, el encuentro entre el Girona y el Barcelona se pretendió disputar en
Miami -de acuerdo los dos clubes-, pero la Real Federación Española de Fútbol emitió
una carta a La Liga para comunicarle las razones por las cuales desautorizaba
ese encuentro correspondiente a la jornada 21 fuera de España, en la que
destacaba como principal la de no adulterar la competición. Ni
la UEFA ni la FIFA veían con buenos ojos la idea de la patronal
del fútbol. Por otra parte, la AFE, sindicato de futbolistas, tampoco le convencía el hecho de llevar el fútbol al otro lado del charco en plena
competición.
Se llega, tiempo
después, a la disputa de la Supercopa de España. La F.E.F. hace suyo el sistema
de “final a cuatro” como en la Euroliga de baloncesto y lo pone en práctica,
pero siendo una competición nacional, la Real Federación decide que se lleve a
cabo… ¡¡¡en Arabia Saudí!!!
Realmente, según mi modesta opinión, es
una cacicada total y absoluta pues lo que se decide entre clubes lo tumba,
mientras lo que decide el organismo superior se lleva a cabo “PORQUE LO QUE YO
ORGANIZO NO LO DISCUTE NADIE”.
La principal verdad de este asunto es,
lo pienso, las “perras” que le suponían
a la federación semejante dislate. Nada importaba el desembolso de los clubes ni
demás ‘pequeñeces’; el único objetivo era el ‘money, money’ que se canta en la
película Cabaret.
En esta decisión, para mí, lo
relevante, por encima de otras consideraciones, era lo que escribió Quevedo
¡¡en el siglo XVI!!: PODEROSO CABALLERO ES…DON
DINERO.