DES - AGRADABILÍSIMO
ENCUENTRO
Tras una
noche de mal dormir y recurrentes problemillas gastrointestinales, en ésta tengo cena -como ‘despedida’ de curso- con los
compañeros del Instituto. Me apunté a la cita muy pronto, sin contar con que el
diablo podría enredarla y, además, porque ¡qué caramba! apetezco horas
distintas a las diarias; de manera que, pongo algún remediejo a mis entrañas y
¡allá que voy!
Primer
golpe. Llego el primero y me toca esperar largamente, alrededor de seis o
siete…minutos, hasta que aparece el segundo -el diablo me trae la compañía de
un “protestante” ¡para protestas estoy yo! No me queda otra: un abrazo con él
NADA sentido y entablar conversación mientras aguardamos a los demás, que van
asomando con cuentagotas después de unas cuantas horas. Saludos rápidos, pero
corteses -no nos conocemos apenas- y el des - agrado se palpa en el ambiente.
Al menos, uno aparece por el comedor solo para estar con nosotros durante un
rato.
Segundo
golpe. La cena. Escasa, no muy bien hecha, cara y sobre todo ¡¡mal atendidos,
los pocos que somos; solo 40!! En fin, ‘lamento profundamente’ no haberme
quedado en casa viendo el segundo Barcelona-Real Madrid de baloncesto -play off
por el Campeonato de Liga-.
Tercer
golpe. La sobremesa. Después de un anterior silencio espeso, el de estos
instantes cortos, casi es un muro de hormigón que nos separa individualmente ,
incluso del de al lado. No hay comunicación.
Acaba la
reunión a las mil y gallo. Estoy tenso, cansado, con ganas de volver a casa y
olvidar este trago.
Cuarto
golpe. Me devuelve al hogar el “protestante” ¡Sabía que el demonio lo es, pero no
imaginé que hasta ese extremo!
Aunque,
ahora sí, quiero protestar ante el o
los organizadores del des - agradablilísimo encuentro, porque la desgracia
estriba en que algo como lo de esta noche ¡¡¡¡NO
SE REPITA CON MÁS FRECUENCIA!!!!
Rafael Gª-Fojeda 14-06-2013