INTRODUCCIÓN
Este es el aspecto que presenta el estadio de Chamartín en 1957, recién rebautizado como Santiago Bernabéu,
cuando acudo a él por primera vez para presenciar el encuentro inaugural de
la iluminación nocturna.
Años después tiene lugar la
historia que relato a continuación.
PROYECTO:
EL ESTADIO VETADO AL REAL MADRID
En el pasado 2018 o en este recién nacido 2019, cuando oigo hablar de la futura reforma del Bernabéu, me viene a la memoria un
suceso, quizá poco conocido ¿porque no une con la leyenda de favoritismo franquista hacia el Real Madrid...?
Hace referencia al berrinche que pilló Santiago
Bernabéu cuando quiso derribar el estadio que lleva, su nombre, vender los terrenos
y hacer uno nuevo en la salida de la carretera de Colmenar.
Por ese entonces, Bernabéu lleva 40 años en el club, tiene 78 y el estadio, 37.
Además, la afluencia de espectadores ha descendido. Son tiempos en que la
principal partida de ingresos de los clubes era la de socios y taquilla. La
televisión ya da algún dinero, muy poco en proporción a lo de ahora y, luego,
hay que añadir las contrataciones para torneos de verano y otros amistosos. No
existen los ingresos de marketing, tan suculentos en la actualidad para los
grandes clubes.
El
asunto aparece por sorpresa el 8 de setiembre de 1973; en la Asamblea de
Socios-Compromisarios, el presidente lanzó la idea. Tras una larga
consideración sobre su historia, su implantación social, sus perspectivas y sus necesidades,
anuncia que tiene el proyecto de construir
un nuevo estadio en el barrio de Fuencarral, junto a la salida de la Nacional I
(Madrid-Burgos-Irún-Francia). Por donde ahora está la zona residencial llamada Tres Olivos lugar al que Bernabéu sabe llegará el metro cerca
en poco tiempo, como así es. Piensa financiar el proyecto con la venta del
solar del Bernabéu, que previamente debe obtener autorización municipal para
que en él se pueda edificar una torre de imponentes dimensiones y una zona
residencial. Se exponen las maquetas de ambas ideas en el Círculo de Bellas
Artes -yo acudo -no recuerdo bien si solo con mi hermano o nos acompaña mi
padre-
Proyecto urbanístico de 1973 para los
terrenos donde se alza el Estadio Santiago Bernabéu
El club pone a la venta en
octubre de 1973 una Revista monográfica sobre el proyecto, revista que costaba
15 pesetas; hoy, si se encuentra en Internet, 8 euros = 1.331,088 pts.
El nuevo estadio tiene capacidad para
80.000 espectadores cubiertos, la mitad de asiento, el primer estadio de fútbol
totalmente techado de España; y, en el exterior, 6.000 plazas de aparcamiento.
Se financiaría con la venta del solar del Bernabéu, del que se preveía el
siguiente uso: un 88% dedicado a parque público; el restante 12% se reparte en
una torre mayor que cualquier otra de las que hay en Madrid (248 metros, 70
pisos, oficinas más un hotel de 600 habitaciones) y un bloque residencial, de
menor altura, con fachada a la calle Padre Damián.
En la opinión pública, el asunto
choca. Por un lado, la mudanza de estadio no es bien vista por parte de los
aficionados, que se ven incomodados en su hábito. Además, la nueva localización
es entonces demasiado remota. Ahora ya no, claro y, seguro que la presencia del
estadio del Real Madrid habría expandido la ciudad mucho antes hacia allá, como
pasa en casi todas partes con casi todos los estadios, mas, entonces era lejos.
El Madrid compra en su día los terrenos del Bernabéu para uso deportivo; darles
otro destino en ese momento, no es fácil y se habla, además, del impacto brutal
que sobre el tráfico de la zona significarían las nuevas viviendas y la
monumental torre con todos sus empleados entrando y saliendo a la misma hora y
colapsando un arteria esencial de la ciudad, como es la Castellana.
Para Bernabéu supone una
oportunidad. El estadio está viejo, resulta algo incómodo, solo con 32.000
asientos. Contar con 60.000, manteniendo otras 20.000 localidades de pie y todo
cubierto podría aumentar mucho los ingresos y relanzar al club, como en su día
lo relanzó el estadio, hoy anticuado, mucho mayor en
capacidad que los de la época.
En primer lugar, la Asamblea de
Compromisarios, sobre todo por la mayor lejanía y más tarde el Ayuntamiento,
debido a la cantidad de recalificaciones de terreno necesarias -el espacio que
hoy ocupa el estadio está catalogado como zona para uso deportivo- DICEN NO al proyecto y Don
Santiago, exjugador y presidente del club, acepta la contundente negativa
aunque, sin duda, mucho le duele.
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