Fechas
y personajes
Tiene una antigüedad de unos 2.200 años. Su
núcleo más antiguo fue erigido quizá bajo el faraón Ptolomeo IV Filópator, y decorado
posteriormente por el rey nubio Adijalamani de Meroe hacia 200-180 a. C., siendo
dedicado a Amón de Debod
("Amani", en idioma kushita) e Isis (hay investigadores
que piensan que su erección fue obra de Adijalamani, interviniendo
posteriormente Ptolomeo IV en él). Posee importantes añadidos de época
ptolemaica y romano-imperial (del siglo I a. C. al
II d. C.).
Lugar de culto
Durante
la época ramésida se produce la egiptización de Kush (Nubia). Es entonces
cuando
se erige en Debod el primer edificio en piedra del que se tiene constancia,
consagrado por Sethi II. De nuevo, desconocemos a qué divinidad estaba
consagrado, pero de la necrópolis colindante a este pequeño templo parece
proceder una estela que menciona por primera vez a «Amón de Debod». Algunos
bloques de dicho templete ramésida se reutilizaron en el templo grecorromano.
Emplazamiento
Se encontraba situado en la pequeña localidad que lleva este nombre en las
orillas del río Nilo, próximo a
la primera catarata, en la Baja Nubia, «país del oro», al sur de Egipto, muy cerca del
lugar donde el Nilo corta al Trópico de Cáncer. Un poco más al norte, en la isla de Filé, se
encontraba el gran santuario de la diosa Isis. El templo de Debod formaba indirectamente parte de
ese santuario, aunque su culto estaba dedicado al dios Amón de Debod. Teológicamente ligado a Filé desde el siglo I a. C., tendrá
también una especial vinculación con otros templos de la zona. Esta región,
fronteriza con el reino de Meroe, fue objeto de disputa entre los
gobernantes egipcios y meroitas hasta el siglo I a. C., cuando
el emperador romano Augusto estableció
definitivamente la frontera.
Historia
La
construcción del templo -que, en un principio, no era tal, la inició a
comienzos del siglo II a. C. el rey nubio Adijalamani de Meroe, quien levantó una
capilla dedicada a los dioses Amón e Isis. La
capilla, decorada con relieves, es una de los pocos lugares donde se documenta
a este monarca. Posteriormente, distintos reyes de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias
alrededor del núcleo original hasta darle un aspecto cercano al actual. Tras la
anexión de Egipto por el Imperio Romano, fueron los emperadores Augusto, Tiberio y, tal vez Adriano, quienes culminaron la construcción y decoración del
edificio. Con el cierre de los santuarios de Isis en Filé en el siglo VI, el templo dejó de ser lugar de culto pagano, y
comenzó su progresivo abandono y deterioro.
El rey Ptolomeo IV Filópator o quizás el rey nubio Adijalamani (Adikhalamani)
de Meroe,
mandó construir hacia el año 200 a. C. una capilla en honor del dios Amón de Debod, en esa localidad, al sur de Egipto (en
el lugar donde se encontraban los restos de un antiguo edificio cultual
ramésida). Se trata de la capilla conocida como capilla de los relieves,
o "Capilla de Adijalamani", donde pueden verse inscripciones
referidas a Amón. En los relieves de la capilla aparecen también escenas
rituales donde se dice que el rey Adijalamani ordena construir el
monumento en honor a su padre Amón y que Amón habita en Debod.
El templo surge estrechamente vinculado a un hecho histórico de extraordinaria
importancia en la historia del Egipto ptolemaico: la llamada "Secesión
Tebana". En este momento, durante 20 años (205-185 a. C.) todo
el Alto Egipto será independiente del poder lágida alejandrino; la Tebaida,
como estado independiente, tendrá sus propios reyes. Estas disensiones internas
en Egipto permiten a los kushitas avanzar hasta Filé, lo cual explica su
presencia en la misma Filé, en Kalabsha, en Dakkah y en Debod.
Amón de
Debod va a ser la divinidad principal del templo. Poco a poco Isis lo irá
desplazando de este lugar preeminente, pero ciertos indicios hacen pensar a los
investigadores que, a fines de la época ptolemaica, Amón de Debod recuperará su
papel de divinidad principal del templo. Adijalamani llevará a Debod
divinidades nubias (es el caso de Apedemak,
el poderoso dios león dinástico meroíta, que aparece
mencionado en el dintel de acceso a la Capilla de Adijalamani -este bloque se
encuentra hoy en el Museo del templo, es decir en su terraza superior-.
Con la
llegada de los romanos y la incorporación de Egipto
al Imperio, se realizaron nuevas obras de ampliación:
·
Construcción
de un pronaos de fachada hipóstila (4 columnas de orden floral, dos de los
capiteles inacabados) con acceso flaqueado por intercolumnios.
·
Relieves al
exterior en los mencionados intercolumnios (Augusto ante los dioses Isis, Osiris, Amón de
Debod y Maahes o
Mahesa).
·
Decoración
completa de los muros interiores del pronaos (o vestíbulo) hipóstilo.
·
Construcción
de un edificio anexo, adosado al templo, que se ha venido considerando un mammisi (casa de
nacimiento divino)
La primera
descripción exacta del edificio que se tuvo en Europa se elaboró en el año
1813, cuando el explorador suizo Johann Ludwig
Burckhardt fue
enviado para inspeccionar y detallar la zona por orden de Napoleón. El mismísimo Champollion visitó
Debod, dejando una breve referencia del edificio. A lo largo del siglo XIX, el
templo fue nuevamente visitado por exploradores y egiptólogos que ofrecieron una descripción gráfica y
mostraron indirectamente en sus trabajos el paulatino deterioro del edificio.
Cuando en
1907 se construyó en aquel territorio la primera presa de Asuán (conocida como la presa baja), el templo se vio
afectado en gran medida, ya que permanecía unos nueve meses al año bajo las
aguas. La inundación casi constante del templo provocó la pérdida de la
policromía y el daño de algunos de sus relieves. La piedra arenisca también
sufrió un gran desgaste. Esta erosión ocasionada por las aguas del Nilo se
añadía a los desperfectos que había provocado en su día el terremoto de 1868. A
la vista de estos daños, el Servicio de Antigüedades de Egipto pidió
al arquitecto egipcio al-Barsanti que procediera a su restauración. Tras la
conclusión de la obra, el alemán Günther Roeder llevó a cabo un estudio
exhaustivo con documentación fotográfica, dibujos de planos, alzados y
comentarios. Su trabajo sigue siendo la referencia bibliográfica fundamental
del edificio, un siglo después.
Traslado
a España
En el año 1961, el templo (y otros
edificios) fue desmontado por una misión arqueológica polaca (que localiza los
niveles más antiguos del edificio, de época ramésida (Sethi II) y sus piedras son
depositadas en la Isla Elefantina hasta su posterior traslado al
puerto de Alejandría. Desde este puerto hizo su viaje final hasta llegar a
España, tras una cesión diplomáticamente compleja, llena de luces y sombras, en
la que prestigio, dinero, instituciones y organismos oficiales estuvieron en el
núcleo de una negociación difícil y dura (en clara contradicción con las
declaraciones oficiales que hasta el día de hoy se mantienen); incluso hubo
protestas a Egipto de los países receptores de alguna donación debidas a la
diferencia de aportación económica, mayor por su parte, sobre todo Estados
Unidos, que por la española; sin embargo, la fundamental intervención del
profesor y arqueólogo Martín Almagro Bash, quien llevaba mucho tiempo colaborando
en excavaciones con Egipto, hizo que la balanza se decantara hacia España.
Todo el conjunto permaneció en Alejandría hasta abril de
1970. El 6 de junio de ese año, las cajas embaladas que contenían los bloques
del templo fueron embarcadas en el buque Benisa y llegaron al
puerto de Valencia (España) el día 18 de ese mismo mes. Desde Valencia fueron
transportadas en camiones hasta Madrid, donde se almacenaron en el solar
del Cuartel de la Montaña. El coste de tan magna operación fue asumido por
nuestro país ya que ésa fue la condición final que puso Egipto al gobierno
español para hacer efectiva la donación.
Reconstrucción, restauración y ‘conservación’
Reconstrucción, restauración y ‘conservación’
En primer
lugar se levantó una base de piedra (a modo de podio) con el fin de aislar los
bloques originales del templo y que el suelo no tuviera contacto con ellos.
Sobre el basamento se empezó la reconstrucción, siguiendo la técnica
llamada anastilosis;
es decir, colocando en su lugar los elementos originales hallados y añadiendo
las partes de reconstrucción con una piedra de diferente color para poder
distinguir los elementos antiguos y originales de los nuevos. La piedra nueva
se trajo de Villamayor, provincia de Salamanca.
Tres bloques
exteriores fueron tratados químicamente para protegerlos y reforzarlos (la gola
del segundo pilono, un capitel y un tambor de columna). En el interior del
edificio se instaló aire acondicionado para crear una atmósfera seca constante.
Y como recuerdo del río que tuvo el templo en sus proximidades (el Nilo), se
construyó un estanque de poca profundidad a lo largo de los pilonos de acceso
al templo. Los trabajos de reconstrucción del monumento duraron dos años. Su
inauguración tuvo lugar el 18 de julio de 1972.
Desde su
apertura al público madrileño la conservación del templo ha estado rodeada de
polémica. El edificio fue usado de forma indiscriminada para pases de cine de
verano, para representaciones teatrales, para anuncios publicitarios, para
spots musicales. La contaminación y el climograma de Madrid, así como el
vandalismo, han dejado huellas profundas en el edificio. La voz de alarma la
han dado los Congresos de Egiptología Ibérica que se han ido celebrando (Madrid,
Barcelona, La Laguna) y, recientemente, la UNESCO. Frente a ellos, la postura oficial
de la entidad tutelar (el Ayuntamiento de Madrid, a través de Museos
Municipales) ha sido, de forma sistemática, desmentir los motivos de alarma, y
realizar actuaciones de poca envergadura. Sin embargo, el templo se sigue degradando.
El estado
del monumento es una transgresión flagrante a lo que supone la conservación de
un monumento histórico según la Carta de Venecia. La azotea del templo original fue techada para poder
albergar algunos elementos del Museo del templo, como maquetas y bloques de
dudosa ubicación. Se instaló asimismo en la fachada hipóstila un gran ventanal
de cristal sujeto a la piedra arenisca mediante silicona, cuya finalidad
aislante pagó el caro precio de la modificación del aspecto prístino de la
columnata. La techumbre utiliza una técnica de cubrición de los años setenta
del pasado siglo. Deteriorada por la acción del tiempo y la contaminación, ha
recibido arreglos puntuales. Los conductos de aire acondicionado se usan como
poyos y, en términos generales, el templo desde su interior no refleja su
estado original.
La incoación
por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid,
mediante Acuerdo de 2 de abril de 2007, del expediente para la declaración como
Bien de Interés Cultural del Templo y la posterior Declaración como Bien
de Interés Cultural, realizada el 17 abril de 2008, alienta nuevas
esperanzas sobre el papel en lo tocante a su conservación. Pero el factor de
deterioro más importante -no el frío, el calor o la contaminación, sino la
lluvia- continúa actuando
persistentemente sobre el edificio; de hecho, la fachada posterior del ‘cuerpo’
más grande poseía dos figuras humanas de las que, en 2014, solo se pueden observar sus contornos si uno se acerca lo suficiente.
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