Ayer con Laura en El Escorial
domingo, 20 de agosto de 2017
jueves, 23 de marzo de 2017
SABER ESTAR... ...Y SER
SABER
ESTAR …
(Transcrito
de Selecciones del Reader’s Digest - Dicbre. 2016)
Dar
el pésame
“El marido de una amiga acaba de fallecer. No lo
conocía mucho, pero, aún así, lo lamento”.
Todos sabemos lo que hay que hacer en una situación como
ésta: escribir una tarjeta con nuestras condolencias y enviarla de inmediato.
Pero ¿y si no tienes una tarjeta a mano? ¿O no sabes dónde se venden ahora? ¿O
no tienes a mano la dirección o no se te ocurre buscarla en la agenda hasta las
11,30 de la noche cuando ya estás en la cama y te acuerdas de que no has
enviado la tarjeta? Te sientes fatal por no haberlo hecho, pero estás tan a
gusto acostado que no quieres levantarte ni ponerte a hacer nada.
Cuando se
trata de dar un pésame no hay límite de tiempo,
dice una experta en el tema. De hecho, puede ser más reconfortante para quien
está pasando una situación difícil recibirlo un poco después de la oleada
inicial de atención, cuando la vida de todo el mundo ha vuelto a la
“normalidad”. Si entonces envías la nota incluso por correo electrónico, ella
la apreciará más.
Lo
anterior es solo un ejemplo para introducir el escrito que sigue.
…
Y SER
El
pasado mes de noviembre tuve que pasar irremisiblemente por el quirófano y salí
del hospital diez días después. Una vez en casa, tuve alguna visita que me hizo
compañía y recibí bastantes correos interesándose por mi salud. A mediados de
enero, hubo una charla y, antes de la presentación del ponente, quien lo hizo
comentó mi situación y la de otra persona que también pasaba, a nivel de salud,
momentos complicados; además, pidió expresamente alguna muestra de interés y
afecto hacia nosotros por parte de los asistentes al acto.
Al enterarme del otro percance, de
inmediato, telefoneé al afectado
para
que me diese detalles de su estado; hablamos unos minutos, supe las causas de
su problema y me quedé a gusto porque hice lo que me pedía el cuerpo y, pienso
que, a este amigo le di unos instantes de mayor paz y ánimo; en definitiva, un
querer compartir que, espero, fuese un granito de arena para su recuperación.
En mi caso, desde aquel día, he
recibido solamente un mail mostrando
interés de los asistentes a aquel acto que, ignoro cuántos serían, pero,
imagino, que más de uno.
Y me pregunto: ¿Cualquiera de estas
personas se considera amiga mía? Yo, desde luego, tengo una concepción muy
diferente de lo que significa la verdadera amistad. Todos tenemos a
diario quehaceres más o menos importantes
o urgentes, mas, si queremos, somos
capaces de hallar pequeños huecos para una persona que los necesita y, con mayor
motivo, si se la consideramos amiga después
de haberla recuperado tras más de medio siglo. Éste fue uno de los principios
vitales que me enseñaron mis padres y los profesores que tuve en Primaria y
Bachiller.
Un aviso para terminar: Si alguno de
aquellos asistentes el pasado enero o alguno de la lista general lee estas líneas y cambia de actitud, esa
variación
habrá perdido mucho valor pues no saldrá del sentir personal, pero, también es muy cierto: MÁS VALE TARDE QUE NUNCA.
martes, 10 de enero de 2017
DOS INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS
Padezco una lesión
cerebral desde antes de nacer “Convivir con el enemigo” (febrero 2013). Sin
hacerme revisiones desde mucho tiempo atrás, ante una asomada dificultad en el
andar, decido con mi mujer que es hora de actualizar mi estado de salud y
vuelvo a ponerme en manos de los galenos; la lesión está como siempre, pero,
debajo, hay un edema de líquido cefalorraquídeo que, pienso, es el causante del
problema; de hecho, llevo algún tiempo utilizando una silla de ruedas para desplazamientos largos regalada
por mis amigos del
colegio.
Los
pasados 24 y 29 de abril de 2016, caigo de bruces; el traumatólogo al que acudo,
en la radiografía, descubre una fractura subcapital del fémur izquierdo y
recomienda reposo casi absoluto al que no presto demasiada atención; de ahí
que, días después, comenta que la fractura está peor y hay que operar. Me lo
pienso dos minutos en la calle y… la intervención me la realiza el 12 de mayo
colocando tres clavos de 10 centímetros de longitud para reducirla.
Clavos |
Me recupero bastante rápido de la operación,
pero los problemas al caminar subsisten
y, además, mi cuerpo se va escorando a la izquierda de forma ostensible, véase
la muestra:
Al regresar de las vacaciones,
la neurocirujana pide, previamente, me haga una resonancia magnética de la
columna y me cita para cuando tenga los resultados; estos revelan que la tengo
hecha una pena aunque lo más importante es que las cervicales están provocando una
estenosis del canal medular lo cual impide transmisión correcta de información
a las piernas; si ese defecto no se corrige ¡YA! puede provocar, en
relativamente poco tiempo, incontinencia de esfínteres y hasta demencia.
Ante tan negro futuro, no me queda otra opción que pasar de nuevo por el quirófano. La intervención, laminectomía cervical posterior y artrodesis, se programa la inicial del viernes 11 de noviembre, casualidades de la vida, aniversario de mi primera cirugía, también en idéntico día de la semana, pero de 1949.
Entro a las ocho
de la mañana, salgo a las tres de la tarde. voy directo a la sala de
reanimación y, pocas horas después, me suben a planta; solo permanezco
hospitalizado diez días aunque, el sábado 19, pido permiso a la doctora para
salir a un bar cercano a ver por televisión el Atlético de Madrid-Real Madrid,
permiso que me concede.
Viendo el partido con Laura y David, mi cuidador |
La intervención es un
éxito completo. Estos son el TAC postquirúrgico y el informe correspondiente:
Imagen desde arriba |
Imagen desde la izquierda |
![]() |
Mi postura erguida al salir del hospital |
Pero, aún hoy, arrastro un virus, las pseudomonas, cogido en el quirófano del centro sanitario, muy resistente a antibióticos que me tiene fastidiadísimo y algo débil, aparte de que sigo con bastantes Dolores -no son chavalas estupendas para mayor desgracia- que se agudizan porque me muevo lo más que puedo, pero, por dentro, la herida, todavía está muy tierna y, de rehabilitación, tras reclamarla previamente, solo llevo tres sesiones de media hora desde el pasado 23 de diciembre.
Así las cosas,
tomo dosis diarias de Aguantopol para combatir la ansiedad y Pastillas Macabeo
contra el cabreo por no mejorar con la celeridad que desearía.
De todas formas, escribo desde el corazón: MIL GRACIAS a todos por
el apoyo incondicional antes y ahora; sin tanto ánimo, silencioso o
hablado, en este instante, no se leerían mis palabras porque... NO ESTARÍAN
ESCRITAS.
lunes, 4 de julio de 2016
EL “OTRO” TOUR DEL BERNABÉU …
por
Laura Ramos y Rafael Gª-Fojeda
…
o la Odisea de una Persona de Movilidad Reducida para acceder al Concierto
“Plácido en el Alma”
Desde
el mes de marzo, que recibimos por parte del Real Madrid el anuncio de que iba
a haber un concierto homenaje al gran tenor y madridista Plácido Domingo el 29
de junio, decidimos que no nos lo queríamos perder y nos pusimos en contacto,
en primer lugar, con la oficina de Atención al Socio del Real Madrid y en
segundo lugar, con la Fundación del Real Madrid, que era quien gestionaba las
entradas.
El
motivo de ponernos en contacto directamente es que mi marido, Rafael, socio del
Real Madrid desde hace más de 50 años y persona de movilidad reducida, ha
experimentado un enorme descenso en su movilidad y queríamos asegurarnos de que
podíamos conseguir unas entradas lo más accesibles posible.
La
persona que nos atendió nos aseguró que no estaba previsto el que hubiera
entradas especiales para personas de movilidad reducida, pero que lo hablaría y
lo estudiarían para conseguirnos las entradas más adecuadas.
En
aquel momento, mi marido se movía con muleta, aunque contemplamos la
posibilidad de ir en silla de ruedas y así se lo hicimos saber a esta persona.
Desgraciadamente, el día 12 de mayo, tuvieron que operarle de una rotura en la
cabeza del fémur, con lo que ahora sí que tiene que desplazarse en silla de
ruedas.
Tras
varios correos –un total de 10 o 12- de ida y vuelta entre la Fundación y
nosotros, nos comunicaron que, efectivamente, nos habían reservado unas
entradas idóneas, al lado del pasillo para que pudiéramos acceder fácilmente.
Las
entradas son: Puerta 6 – sector 102 – fila 20, asientos 1, 3 y 5.
Cuando
llegamos a la Puerta 6, lo primero que nos encontramos son dos escalones
irregulares y que hay que acceder por un torno. La persona que está validando
los códigos de barras nos dice que por allí no podemos pasar de ninguna manera.
Tras un encendido diálogo, aparece un guardia de seguridad, indicándonos que el
único medio de acceder en silla de ruedas es que nos dirijamos a la puerta 51…
que está “aquí al lado” (sic).
Tras
recorrer más de medio estadio por fuera, sorteando miles de espectadores que se
dirigen a las 31 puertas de acceso que hay entre la 6 y la 51, empujando la
silla de ruedas y rebanando más de una espinilla, nos recibe una señora “de
armas tomar”, diciéndonos que nuestras entradas son para acceder por la puerta
6 y que, de ninguna manera, podemos entrar por allí. Además, en el caso de que
hubiera algún sitio disponible en aquella zona, solo podría entrar el
minusválido con un acompañante; de ninguna forma podría acompañarnos una
tercera persona, como era nuestro caso… y el de varias familias que se habían
acumulado detrás de nosotros.
Nos
negamos en rotundo a movernos de allí mientras no aparezca alguien que nos
permita el acceso por donde sea, pues hemos pagado una cantidad respetable por
las 3 entradas. En ese momento, aparece un guardia de seguridad asegurando que
ya se ha cubierto el aforo en aquella zona y que les podrían denunciar si nos
dejaran pasar.
En
vista de ello, y ya casi sobre la hora de inicio del espectáculo, volvemos
sobre nuestros pasos, empujando la silla y atravesando las riadas de
espectadores, y nos “plantamos” nuevamente ante la tan mencionada puerta 6. Y
digo “plantamos” literalmente: Habíamos pagado por ver el concierto y nada ni
nadie nos lo iba a impedir.
Ante
nuestra actitud, uno de los empleados de Prosegur –nuestro ángel de la guarda-
nos tomó bajo su protección y llamó a sus jefes, quienes, walkitalki en mano,
nos llevaron ¡otra vez! hacia la puerta 51, pero, a mitad de camino, se ve que
hablaron con algún superior y nos guiaron a través de las cocinas de la zona
VIP para acceder “por la trastienda”. Una vez dentro, y con la silla de ruedas
a buen recaudo, nuestro ángel de la guarda llevó en volandas a mi marido por
tres tramos de escaleras, bien empinadas y de no menos de 15 peldaños cada uno,
más un tramo de pasillo a nuestras localidades. ¡¡¡Por fin!!!
Me
parece no solo una falta de sensibilidad absoluta sino una burla cruel vender
unas entradas “de fácil acceso a un minusválido” a las que solo se puede
acceder a través de: dos escalones + torno + dos escalones + tres tramos de
empinadas escaleras, dos de bajada y uno de subida + más pasillo y pequeño
escalón-trampa junto al asiento.
Al final del espectáculo, solo tuve que buscar a nuestro
particular “guardaespaldas” para que nuevamente ayudara a mi marido a salir a
la calle. Si no es por él, aún seguiríamos frente a los tornos del Estadio
Bernabéu… Desde aquí, nuestro reconocimiento y agradecimiento hacía él.
Tras tamaña “perfecta” organización, el concierto -más de
cuatro horas de música variada- una pasada, hasta tal extremo que casi nos hizo
olvidar a Laura, a mi hermana y a mí la tensión acumulada antes y durante el
acceso al estadio; fueron más de cuatro horas de música variada sin intermedio que nos encantaron; incluyo el enlace por si apetece escucharlo y verlo.
Después de la fatal experiencia de organización vivida,
estoy pensando en hacerme “colchonero”.
domingo, 13 de diciembre de 2015
“ EL GRAMÓPHONO DE LA ABUELA ”
Me lo había avisado
Enrique Pardo, pero ahora, con menor movilidad, dudo acudir; sin embargo, lo ve
anunciado mi hermana Mª Isabel, que constantemente propone hacer cosas… y me
animo. En el Teatro Calderón de Madrid, ofrece su Concierto de Navidad este
grupo, heterogéneo, como cuenta el presentador, formado por compañeros de
universidad amantes de la música al que se han añadido algunas voces femeninas
de sus familias. Al revés que en otros eventos similares, se pueden hacer
fotos, cantar si apetece e incluso bailar. Son casi dos horas y media de
espectáculo, con más de cien intérpretes en el escenario, haciendo un recorrido
musical amplísimo por todo tipo de géneros, con unas fantásticas voces, que
comienzan cantando Guadalajara; tras
ella -no recuerdo con exactitud su orden, solo las escribo a modo de
recordatorio- El rey, O sole mio, Caruso, Nessun dorma…Luego,
cambian de época y estilo, porque se atreven con Black is black, Hey, Jude...
También una parte dedicada a Frank Sinatra con My way y New York, NewYork.
Naturalmente, canciones sudamericanas archiconocidas como La flor de la canela, Amarraditos, Échame a mí la culpa, Alma llanera, cantada por Enrique, Alondras en el bosque (a seis voces)…; después, Islas Canarias o la incursión que hacen por la copla española. El
momento más emotivo para mí surge cuando el presentador habla de una canción
-que titulo “Yolanda”- porque ella era la solista; él mira al cielo y la canta
con un sentimiento que me encoge el corazón. Otras canciones escuchadas son: Mediterráneo, Y nos dieron dieron las diez,
Hijo de la luna, Mujer contra mujer…
Al acabar alrededor de
sesenta títulos, esto no se termina porque nos regalan además Chica ye-yé entre otras varias más que
suponen el colofón.
Pues bien, para mí, estas
horas musicales significan una fabulosa inyección de energía para encarar el
futuro, de manera que no quiero terminar sin dejar constancia de mi gratitud al
grupo por vuestra contribución invisible, pero extraordinaria hacia mi persona.
jueves, 10 de diciembre de 2015
CUANDO UN AMIGO SE VA
Querido Manolo: Te recuerdo muy bien en las dos fotos, pero, sobre todo, recuerdo tu voz siempre optimista ante el problema de salud que te había aparecido que decías estaba bajo control y me dabas ánimos a mediados de Noviembre para intentar superar el surgido a mí. "¡Pide y confía en el de Arriba!" eran tus palabras al despedirnos. Y el pasado día 6... cuando te llamo por tu cumpleaños, me entero de que te fuiste días antes ¡menuda faena! Porque me dejas como el 'menos joven' de la promoción. Seguro que, libre ya de males, te han recibido los compañeros que partieron antes que tú; te habrán reconocido nada más llegar. Sigue, seguid, velando por los que aquí quedamos. Un fortísimo abrazo.
sábado, 23 de mayo de 2015
LÁGRIMAS DE EMOCIÓN
Aceptando la propuesta
de Kurt, con bastantes compañeros, visito el Museo del Aire.
Nos dividimos en dos
grupos, cada uno con un guía. Con resultar muy interesante, por la cantidad de
historia acumulada, para mí, el “conductor ” que lleva al nuestro, se extiende
demasiado en cuestiones técnicas de motores y eso, a más de las lógicas
preguntas de algunos, hace un tanto lento el recorrido -el recinto es enorme y
hace frío- de tal forma que, al final, nos dejamos, creo, un hangar en el
tintero; pero sin que en ello tenga nada que ver el organizador -su actitud y
disponibilidad son, en todo momento, fantásticas-. A tal punto llega la
premiosidad que, con Vicente, me separo unos minutos del resto para tomar una
bebida y un poco de sol -estamos, sobre todo yo, ‘pelados’- y, al regreso, casi
nos echan a todos ¡lástima! Es la hora de cierre.
Por mi escasa y dificultosa movilidad actual, esta visita
la hago en silla de ruedas para poder ir al ritmo de todos y, quiero señalar
que muchos de vosotros, ayudáis a que así sea preocupándoos de manejar el
‘vehículo’.
La comida en el Club Barberán, extraordinaria, sobre una
mesa kilométrica, en la que el ambiente es óptimo y que se alarga hasta casi
media tarde. Es curioso, pero siendo tantos, verdad que somos los únicos comensales, se escuchan
solo ligeros murmullos en lugar del típico gritar español. Cierra el comentario
Manolo Rincón apostillando: “Es que somos
del Ramiro”. En suma, una velada
fabulosa.
Sé que, en cercanía o lejanía, nos sentimos apreciados por
el resto de la promoción. Yo, sin duda, lo sentía, os sabía cercanos, pero hoy
es tan abrumador el cuidado recibido y
tan constantes las atenciones y palabras de ánimo regaladas que no puedo sino
apoyarme en vuestros hombros, delegados en los de Vicente, y, como gratitud al
grupo, soltar sobre ellos lágrimas de emoción.
Rafael Gª-Fojeda
22-mayo-2015
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